Un encuentro casual con un extraño puede cambiar el curso de tu vida. Doug Roland, el escritor y director de la película Feeling Through, lo sabe mejor que la mayoría.

Hace varios años, Doug conoció a un hombre llamado Artemio en una parada de autobús en la ciudad de Nueva York. Artemio es sordociego, lo que significa que no puede ver ni oír como los demás, por lo que Doug se comunicó con él escribiendo en su mano. Doug quedó impactado por el encuentro y se sentó a escribir el guión de un cortometraje llamado Feeling Through.

Doug decidió ir al Centro Nacional Helen Keller en Nueva York para aprender todo lo que pudiera sobre la sordoceguera, y ahí fue donde encontró a Robert Tarango, el actor desconocido que trabajaba en la cocina del centro. Robert y Doug pasaron horas conociéndose y fue elegido para protagonizar la película.

Feeling Through tardó años en ser finalmente liberado, y cuando finalmente salió, la pandemia golpeó duramente al mundo al mismo tiempo. Doug pronto se encontró adaptando las proyecciones Feeling Through, que había trabajado arduamente para hacerlas 100% accesibles para las audiencias sordas y ciegas en los cines, para acomodar audiencias digitales en festivales de cine remotos.

Estoy muy feliz de que esta película y todos los temas relacionados con la accesibilidad me llevaron a la app de Be My Eyes, que es algo en lo que realmente ha sido maravilloso ser voluntario. Doug Roland

Cuando Feeling Through fue nominado en marzo al Mejor Cortometraje de Acción en Vivo en la 93ª Entrega Anual de los Premios de la Academia, Doug apenas podía creerlo. Robert sería la primera persona sordociega en caminar por la alfombra roja desde Helen Keller en 1955, y ciertamente el primer actor sordociego en protagonizar una película nominada al Oscar.

Para Doug, responder a las llamadas de la app Be My Eyes  de extraños es solo uno de los muchos momentos mágicos, las experiencias de ser un aliado, que enviaron su vida en una nueva dirección. Ya sea ayudando a alguien a solucionar problemas de tecnología o una conversación larga y sincera sobre un plato en un día de Acción de Gracias, Be My Eyes le ha brindado a Doug momentos de conexión y motivación que lo motivan a continuar haciendo películas con una misión social y abriendo puertas para otras personas con discapacidades. en Hollywood. Y ganar un Oscar, el premio más importante del cine, sería un gran paso adelante para todos nosotros.